La pena es que hemos vuelto al final a discutir de ideas teóricas en lugar de acciones concretas. Es de una riqueza enorme. Se ha hablado sobre recuperar la comunidad como prioridad, como el primer apostolado del que hablaba P Tack. Se ha dicho que lo que tenemos que ofrecer a la Iglesia es personas que viven en común y que, cuando se trata de realidades internacionales, entonces nos convenimos en signos en la sociedad.
Ha habido un largo diálogo sobre la necesidad de que el prior General asuma mayor ejercicio de su autoridad a la hora de distribuir a lo frailes y los recursos económicos. La mayoría de la asamblea está de acuerdo en esta línea, llegándose incluso a sugerir que todos los frailes dediquen cuatro años al servicio del Prior General. No se han hecho propuestas concretas, pero el Prior General ha ido tomando notas de todas las intervenciones.
Hay un ambiente de prisas. Se habla de terminar el sábado y de dejar al General y su consejo que luego lleven la Orden hacia donde quieran. Se ha presentado un sentir expresado con una frase terrible, a mi juicio, " hay demasiada democracia entre nosotros". Da la impresión que no hemos sabido asumir lo que decidimos entre todos y que queremos que alguien nos diga qué hacer. De hecho la persona mas citada es el P. Adolfo Nicolás, el Padre General de los Jesuitas, lo que no deja de ser algo curioso. Quizás la única cita que aparece más que las sugerencia de P. Nicolás se la referencia de P. Tack de la Comunidad como el primer apostolado.
La segunda sesión de la tarde afronta el manual de Directorio de la Curia que es un documento que presenta el funcionamiento de los distintos departamentos de la Curia. El manual de Justicia y Paz, en cambio, ofrece un mecanismo de funcionamiento sobre lo que se quiere sea una de las prioridades de estos seis años.
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