domingo, 19 de septiembre de 2010

Tornaviaje

Ha habido algo significativo en la celebración de hoy: la referencia a Andrés de Urdaneta.
Hace dos años se celebraron los 500 años de su nacimiento, y su memoria se ha reavivado, especialmente aquí en intramuros donde vivió y donde reposa Legazpi, su compañero de viajes.

Su vida es digna de una miniserie de televisión, pero en el día de hoy su memoria ha estado marcada por el "tornaviaje", por haber sido capaz de encontrar una ruta que nadie conocía y que unía filipinas y méjico en viaje de vuelta. Algo que marcó una diferencia importante en el comercio y en el desarrollo de Filipinas.

Pero como agustino su referencia nos recuerda el coraje a emprender caminos nuevos, no trazados. En cierta medida, a vivir sueños y hacerlos realidad. El P.General lo mencionó en su homilía y ha estado presente. Un Capítulo es un tiempo de otear utopías y aventurarse en pos de metas sólo a la altura de corazones grandes como el de Dios. Heroicidad y tenacidad, como en la imagen de Urdaneta y su triunfo donde todos fracasaron.

Te dejo un poema que le recuerda y le honra en su pueblo natal, el poema del hombre que regresó, de la aventura que merece la pena ser contada. Vidas vividas de tal forma que merece la pena ser contadas.


Fue un hombre que regresó.
La gente puede regresar triunfante o derrotada,
puede regresar rica o pobre,
puede regresar por casualidad,
puede regresar por nostalgia,
puede regresar para reclamar una herencia,
puede regresar para morir.
Fue un hombre que regresó,
un hombre que simplemente regresó.

¿Qué tesoros trajo a la vuelta?
¿Qué especias encntró en campos lejanos?
¿Cuantos puertos conquisto?
¿Cuántos barcos abordó?
¿Sescuestró a la hija de algún gobernador portugués?
¿Escapó de los caníbales?
Fue un hombre que regresó
y la respuesta fue él mismo.

Ni oro, ni plata, perlas o maderas preciosas.
Sus arcas estaban vacías,
llevaba su tesoro bajo los brazos:
papeles, notas, memorias,
la historia de cómo se hizo amigo del viento,
la alchimia del regreso imposible.
Fue un hombre que regresó a narrar su historia

Fue un hombre que regresó, y el viaje en sí mismo fue su carga.
Esto es lo que le hizo un descubridor,
no porque fuera el primero en llegar,
si más bien porque la suya era una aventura para ser narrada.
Fue un hombre que volvió,
para probar que era posible regresar.

El grumete ya no canta,
sólo silva el viento.
El vigía ya no sube en alto,
sólo la luna descansa en el mástil,
Pero el hombre continúa con sus cálculos
como un Copérnico de los mares.
Fue un hombre que volvió
con una nueva sabiduría que contemplar.

Ratas, escorbuto, hambre,
clavos torcidos, mástiles rotos,
compañeros muertos arrojados al mar
como centinelas del viaje.
Nada puede hacer volver atrás.
a quién había burtlado al viento,
Fue un hombre que regresó
regresó para narrar su aventura.

Fue un hombre de su tiempo,
Andrés de Urdaneta, pirata de las estrellas,
navegante de los mares.
Nacido en estas montañas,
sí vivió en estos mares montañosos.
Un excepcional gigante con la espada, la cruz y la ciencia.
Fue un hombre de su tiempo,
que hizo progresar su tiempo.

Fue un hombre de su tiempo,
que escuchó contar en estas montañas,
que allí, tras el mar, estaba América.
No fue lo suyo el descubrimiento de nuevos mundos,
no fue lo suyo el subyugar naciones o conquistar tierras para el rey,
Si así hubiera sido nunca habría sido recordado por la bravura o por la crueldad.
Fue un hombre de su tiempo, Andrés de Urdaneta,
un humilde navegante, un heroe que regresó.

Fue un hombre que regresó,
para que otros pudieran partir a al aventura.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo pones muy fácil; como agustina recordarte lo que tu sugieres, y que no pierdas nunca más la oportunidad de "caminos nuevos no trazados", y tener el corage de seguirlos o apoyarlos....Feliz Capítulo. Besos Pilar.